Jorge Larena Castejón nos toma de la mano y nos invita, como espectadores atónitos, a conocer la vida de María con un lenguaje sobrio y poético.
La historia dura de una mujer que asiste a la pérdida de su memoria y, por tanto, de su vida.
Sombras de otoño tiene ese algo que engancha desde el principio, que suena a verdad, luces y sombras, bondad y acritud, alegría y dolor.
Pero esta novela -que fue una de las finalistas del Premio Planeta 2002- nos relata sobre todo el discurrir de la progresiva ausencia de su protagonista.
¿Perdemos nuestra vida cuando nuestros recuerdos se van perdiendo? El lector se ve obligado a reflexionar sobre el hecho de ser y de vivir, y se pone en la piel de María | Acceder