El sistema penal ha sido ampliamente criticado a lo largo de la historia, por cuanto se ha demostrado que la maquinaria penal lejos de operar con estricto apego al respeto de los derechos humanos, desconoce garantías fundamentales generando más violencia, lo que dificulta su legitimación.
Es así como se ha puesto de manifiesto, en distintas partes del mundo, la necesidad o bien de limitar al mínimo la solución de conflictos por parte del sistema penal, utilizando otras vías alternas, o planteándose incluso su abolición.
El presente trabajo analiza el llamado principio de intervención mínima, por medio del cual consideramos pueden encontrarse las bases fundamentales para mantener la vigencia del sistema penal dentro de parámetros de justicia para las partes involucradas, y procura dejar claro la importancia de tomarlo en cuenta.
Veremos que éste principio no sólo inspira el derecho penal, sino que debe ser de aplicación práctica en todo el sistema penal, desde el momento de la creación de la ley hasta la ejecución de las sentencias condenatorias por parte del sistema penitenciario. | Descargar
