"Sermones y sentencias I", de Ludobian de Bizance


Probablemente pienses que en la actualidad libros religiosos hay muchos, que qué sentido tiene uno más, y que para qué escribir otro más. Y es cierto: la mayoría de libros religiosos de hoy dan su opinión sobre algunos temas, entran a valorar tal o cual aspecto de la Iglesia, de la liturgia, o de un santo. Y no está mal, pero este libro no es nada de eso. Cualquier cosa que diga acerca de él se quedará, probablemente, vacía, porque este compendio de sermones y sentencias intenta reunir algunas de las muchas controversias, dudas y cuestiones, de la Iglesia más actual, sin querer irnos por las ramas o darle muchas vueltas sobre el mismo asunto porque aquí de lo que se trata no es de hacer muchas páginas para que el libro "sea gordo, pese más y cueste más", sino de tratar directamente y en su esencia todas esas cuestiones.

Pero este libro, principalmente, tiene la intención de enriquecer y fortalecer nuestra fe. Quiere ser esa lectura fresca y acogedora que nos alimente el alma y refuerce el espíritu, en un mundo lleno y atosigado del materialismo, del deseo, de la imagen y de la banalidad. Quiere poner al cristiano en una encrucijada, ante un cruce de caminos y animarle a que tome una decisión, haciendo -o ayudando a hacer, más bien- cristianos responsables, comprometidos con su fe. Y para ello quiere darle unos pequeños ánimos, bosquejos, armas o alimentos, diciéndole que el camino que lleva a la Vida es tortuoso, doloroso y difícil, pero dejándole ver claramente el por qué debe tomarlo.

No es un libro, por tanto, para leer de una pasada como si fuera una novela. No. Es un libro para reflexionar, meditar, y orar. Por eso la primera parte se abre con una sección de sentencias, pequeñas "píldoras" para quien no puede tomar (como San Pablo diría) alimentos sólidos. Va preparando el alma para disponerla humildemente ante el Señor y, luego, colocarse ante Él, hundir sus rodillas en el suelo y orarle. Orar como tal vez jamás lo hayas hecho. Orar CON EL CORAZÓN. Y por eso la segunda sección trata de pequeñas oraciones. No tienen por qué -ni es su intención- ser oraciones que digas con los labios como si se repitiera la tabla de multiplicar, de ningún modo. Esas oraciones quieren servir de inspiración para que tú, con tus mismas palabras, las enriquezcas añadiéndole lo que de tu corazón vaya surgiendo.

Y finalmente, para reafirmarnos en nuestra fe, tomar esas "armas espirituales" de las que os hablaba, se han añadido una serie de sermones que tratan las más diversas realidades de la vida cristiana, y de la experiencia de ser cristiano, de ayer, y de hoy. No son todas, pero son algunas con las que todos, en nuestras vidas de creyentes, nos hemos encontrado: por qué el sufrimiento, por qué creemos en la Virgen o llevamos el escapulario. Todo ello quiere ayudarte a que cuando unos y otros, bien por ser no creyentes o por ser directamente enemigos de la religión cristiana, te intenten sembrar dudas -si no te las han sembrado ya- puedas entender los motivos, o algunos de ellos, de por qué los cristianos creemos en lo que creemos. Otros sermones tienen la intención simplemente de enriquecerte espiritualmente, de servirte de refrigerio, de alentarte.

Todo ello, y todo el libro, lo pongo en manos de Nuestro salvador Jesucristo, para que Él ilumine y bendiga a todos los lectores en cada una de las más diversas necesidades o inquietudes que hasta su lectura les haya llevado. Y pongo en manos de su Santísima Madre, Nuestra Señora la Reina del Monte Carmelo, todas nuestras intenciones, que ella vigile nuestras almas para que nos lleve a su Hijo, y con Él al Cielo de su Padre, nuestro Dios, nuestro único Rey y Dueño. Que el Espíritu Santo os guíe a todos en vuestra lectura. Amén.

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